miércoles, 9 de septiembre de 2009

Reforma laboral

De entre el decálogo que mencionó el presidente Calderón en su discurso resalta el de una profunda reforma laboral que logre hacer más eficiente a este mercado. Nos quedan aproximadamente once años de la ventana de oportunidad demográfica en donde el índice de dependencia estará cayendo hasta que el envejecimiento de la población se traduzca en que habrá cada vez menos gente en edad de trabajar manteniendo a los jóvenes en edad de estudiar y a aquellos que se han jubilado. Este cambio demográfico implica que, o la economía mexicana empieza a crecer rápidamente en el corto plazo, o cuando se acabe esta ventana de oportunidad México se habrá convertido en un país con el futuro cancelado. De ahí la importancia de lograr una reforma a la legislación laboral que permita ir incorporando cada vez más individuos al mercado laboral formal y con una productividad creciente. En esta reforma hay varios puntos que destacan.

Primero, contratar empleados es muy caro debido a que despedirlos también es muy caro dadas las disposiciones en la materia establecidas en la Ley Federal del Trabajo. Al respecto, hay dos reformas importantes. La primera es sustituir el esquema actual de retribuciones por despido a uno en el cual se establezca un seguro de desempleo, administrado por las aseguradoras privadas, en donde la prima por el seguro sea pagada por los trabajadores y el gobierno. La segunda es permitir a las empresas los “contratos a prueba” en donde el entrenamiento en el trabajo sea pagado por el propio trabajador con un salario temporal más bajo.

Segundo, es indispensable establecer en el marco legal que el escalafón de ascenso dentro de la empresa sea en función de la productividad de cada uno de los trabajadores y no el escalafón basado únicamente en antigüedad como está ahora, quedando las empresas en libertad de decidir a quienes promueve. Esta reforma eliminaría el sesgo en contra de la capacitación en el trabajo y el sesgo en contra del cambio tecnológico, principales fuentes del aumento en la productividad de la mano de obra.

Tercero, es indispensable eliminar de la legislación laboral la posibilidad de introducir en los contratos laborales la “cláusula de exclusión sindical” ya que ello le permite a los líderes sindicales vender las plazas dentro de la empresa o chantajear a ésta para que la propia empresa y no el líder sindical sea quién decida a qué trabajadores contratar.

Cuarto, la reforma laboral tiene que venir acompañada de la reforma al sistema de seguridad social con la creación de un sistema de seguridad universal financiado con la recaudación general de impuestos y la eliminación de los sistemas actuales del IMSS – ISSSTE. La existencia del sistema dual actual en donde conviven el seguro popular y el de las dos instituciones señaladas, genera un sesgo a favor del empleo en el sector informal de la economía y que para las muy pequeñas empresas les convenga no crecer para evadir la fiscalización del IMSS. Esto obviamente se traduce en que no se generan las suficientes economías a escala en la producción y en una muy baja productividad de la mano de obra.

¿Se podrán vencer las resistencias a estos cambios?